El amor es un misterio: puedes estar a diez mil kilómetros de la persona que ocupa tu corazón y sentirla a tu lado todo el tiempo, puedes dormir con ella cada día y, a veces sentirla tan lejana que no te atrevas a tocarla por miedo que tu mano se vaya a Honolulu. El amor es misterioso y en la era de internet aun más: la distancia física acerca y el router compartido aleja.
La reina de mi corazón se llama Valentina desde hace varias generaciones y tal vez por eso su tocayo se cebó conmigo y no dejó ni un solo proyectil en su carjac ¿no os habeis dado cuenta que desde hace un año y medio casi nadie se enamora? Tendreis que tener paciencia; ya no es fácil encontrar varas largas y flexibles, ni puntas adecuadas en el Tirol...
La foto esta hecha en un bar en Chichicastenango, Guatemala, donde Valentina y yo nos reimos hasta reventar. Como siempre. Como se ve ella tiene la carta correcta y en su cuello lleva una alianza con eones de historia: yo llevo una igual y no me la quito ni para merendar.
Valentina es mi hogar. Allá donde va ella está mi casa: tiene la sonrisa dulce, los ojos de miel y su piel huele a galletas recién horneadas. Por eso vivir con ella es como disfrutar de una rica merienda todo el tiempo.
Valentina es muy sexy. Pero eso no os lo voy a contar, me lo reservo para mi...Disfrutad, eso si, de su blog. Es una maravilla, como todo lo que hace.
jueves, septiembre 13
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4 comentarios:
QUEEEE LIIINNNNNNDOOOOO!!!! Un besito MUY GORDO para ti y para tu Valentina!!!!
Qué bonito... Ojalá alguien escribiera para mi un mensaje de este calibre...
Un beso, guapito.
Y que nunca se nos quite esa rica costumbre de merendar...
Un beso enorme, para mi es un placer saciar tu hambre.
Fdo: Lucky Girl.
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